11 Junio 2020

Cuando los ingresos no llegan

Aumenta el porcentaje de hogares sin ingresos y en pobreza severa.

Dados los tiempos que corren, en días anteriores el Equipo de Estudios de Cáritas Española apostaba por recuperar la publicación “Observatorio de la Realidad Social” y dedicar una serie a “La crisis de la COVID-19”. En el primer número, que puedes consultar aquí, se mide el impacto que esta crisis está teniendo en las condiciones de vida de las familias acompañadas por Cáritas.

Además de muchos otros ámbitos (vivienda, salud, empleo, brecha digital, cuidados…), en dicha publicación se ofrece un análisis comparativo del volumen y procedencia de los ingresos de las familias antes y después, o más bien durante, la crisis de la COVID-19.

Hay varias conclusiones en las que merece la pena poner el foco, la primera es que el volumen de ingresos de las familias acompañadas por Cáritas ha caído un 33% si comparamos los que percibían en febrero y los que han percibido en abril. Y conviene recordar que el punto de partida, el ingreso medio, ya era bajo en febrero puesto que se situaba en poco más de 740 € mensuales por familia. Como era de esperar, dicha caída en el nivel de ingresos se ha dado principalmente en el empleo, tanto en el formal (44% reducción) como en el informal (70% reducción) y se ha visto compensado, en mucha menor medida, por prestaciones o subsidios por desempleo (25% de incremento) y en rentas mínimas de inserción (2,6% de incremento).

Una segunda situación preocupante que refleja el informe es el significativo incremento de familias que no tienen ningún ingreso. Mientras que antes de la crisis este porcentaje estaba en el 12% de los hogares acompañados por Cáritas, en el mes de mayo se ha elevado hasta el 29%. Esto supone un aumento de un 136% en el número de familias que no cuentan con ningún ingreso, es decir, que han perdido todos sus ingresos por la vía del empleo y a las que no llega ningún tipo de ayuda económica de ninguno de los niveles de la administración pública.

Fuente: Informe del Observatorio de la realidad social: La crisis de la Covid19-El primer impacto de las familias acompañadas por Cáritas

Ante este contexto, no es de extrañar que también se hayan disparado las cifras de pobreza severa. Una realidad que antes afectaba algo más de la mitad de la población atendida por Cáritas (52%) y que ahora sufre el 68%.

Por tanto, nos enfrentamos a una realidad de acelerado incremento de la pobreza y de las familias sin ingresos, en un escenario con un empleo escaso y que cada vez protege menos y ofrece menos seguridad económica. Así, la estructura de ingresos de las familias acompañadas por Cáritas se está transformando, y en el plazo de pocas semanas nos deja unos hogares más frágiles, con menor capacidad de generación de recursos económicos por la vía del empleo y más dependientes de las transferencias económicas procedentes de las administraciones y de las organizaciones del tercer sector.

Este es el contexto en el que surge la iniciativa del Ingreso Mínimo Vital, una medida que podría aliviar la situación de muchas de estas familias y supondrá auténticas tablas de salvación para las que puedan ser beneficiarias de la ayuda. Otras familias como las compuestas por personas inmigrantes sin la regularidad administrativa seguirán desprotegidas y a la intemperie. Pero conviene, a la luz de las situaciones captadas por el informe, no dejar de cuestionarnos si una vez superada esta nueva crisis, seremos capaces de alcanzar un modelo donde el empleo, por cantidad y calidad, aporte seguridad de ingresos a la mayoría de la población. Si la respuesta es sí habrá que ver cuáles son las medidas que hay que introducir en el actual modelo para lograr esa protección; si la respuesta es no, habrá que explorar nuevas derivadas que garanticen los derechos humanos independienmente del empleo.